La llamada que lo cambió todo: cuando la acusación llega sin previo aviso
Recuerdo perfectamente aquella mañana de jueves cuando recibí la llamada de Carlos (nombre ficticio para proteger su identidad). Su voz entrecortada apenas podía articular las palabras: acababa de ser notificado de una denuncia por abuso sexual interpuesta por una antigua compañera de trabajo. El impacto emocional de una acusación de esta naturaleza es inmediato y devastador, algo que pude percibir desde el primer momento.
Carlos era un profesional respetado, padre de familia y sin antecedentes penales. Como ocurre en muchos de estos casos, la noticia de la acusación llegó como un tsunami que amenazaba con arrasar todo a su paso: trabajo, familia, reputación y libertad.
Cuando alguien llega al despacho tras enfrentarse a una acusación por abuso sexual sin evidencias físicas, lo primero que hacemos es escuchar. Escuchar sin juzgar, permitiendo que la persona exprese su versión de los hechos con total libertad. Este primer paso es fundamental no solo para establecer una estrategia de defensa efectiva, sino también para que el cliente sienta que tiene a alguien de su lado en un momento donde parece que todo el mundo lo señala.
El panorama jurídico: comprendiendo la complejidad de los delitos sexuales sin pruebas físicas
Los delitos contra la libertad sexual presentan particularidades que los hacen especialmente complejos desde el punto de vista probatorio. El Código Penal español, tras sus últimas modificaciones, establece en sus artículos 178 a 194 las diferentes tipologías y penas para estos delitos.
Artículo 178 del Código Penal: «Será castigado con la pena de prisión de uno a cuatro años, como responsable de agresión sexual, el que realice cualquier acto que atente contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento.»
La ausencia de pruebas físicas no implica automáticamente la imposibilidad de condena. De hecho, la jurisprudencia del Tribunal Supremo ha establecido reiteradamente que el testimonio de la víctima puede constituir prueba de cargo suficiente para enervar la presunción de inocencia, siempre que cumpla con ciertos requisitos:
- Ausencia de incredibilidad subjetiva
- Verosimilitud del testimonio
- Persistencia en la incriminación
En mi opinión como abogado especializado en delitos sexuales, estos casos representan uno de los mayores desafíos para la defensa, precisamente porque nos enfrentamos a la difícil tarea de cuestionar un testimonio sin caer en la revictimización o en estrategias que puedan ser percibidas como agresivas por el tribunal.
El valor probatorio del testimonio único en los delitos sexuales
Una de las características que hacen tan complejos estos procedimientos es que, con frecuencia, el único elemento probatorio de cargo es la declaración de la presunta víctima. El Tribunal Supremo ha establecido que esta declaración puede ser suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia, pero debe someterse a un análisis riguroso.
En el caso de Carlos, nos encontrábamos precisamente ante esta situación: una acusación basada exclusivamente en el testimonio de la denunciante, sin pruebas físicas, testigos directos ni otros elementos corroboradores. Esto, que podría parecer una ventaja, en realidad supone un reto mayúsculo para la defensa, ya que debemos trabajar con extrema precisión para no dar la impresión de estar atacando a la presunta víctima.
Construyendo una defensa sólida: más allá de la ausencia de pruebas
La estrategia de defensa en casos de abuso sexual sin pruebas físicas no puede limitarse a señalar la ausencia de evidencias. Este enfoque, aunque tentador por su aparente simplicidad, suele ser insuficiente y puede incluso volverse en contra del acusado si el tribunal percibe que se está minimizando la gravedad de los hechos denunciados.
En el caso de Carlos, desarrollamos una estrategia multidimensional que abarcaba varios frentes:
- Análisis exhaustivo de la cronología de los hechos denunciados y de la relación entre denunciante y denunciado
- Búsqueda de contradicciones o inconsistencias en la narración de los hechos
- Investigación del contexto laboral y personal en que se produjo la denuncia
- Recopilación de testimonios sobre la conducta habitual del acusado
- Análisis de comunicaciones previas y posteriores a los supuestos hechos
Veamos por qué este detalle marca la diferencia… Mientras muchas defensas se centran exclusivamente en atacar la credibilidad de la denunciante, nosotros optamos por un enfoque más constructivo: reforzar la credibilidad de la versión del acusado mediante elementos objetivos que pudieran ser valorados por el tribunal.
La importancia del análisis cronológico y contextual
Uno de los elementos clave en nuestra estrategia fue la reconstrucción minuciosa de los días previos y posteriores a los supuestos hechos. Esta labor detectivesca nos permitió identificar inconsistencias temporales en el relato de la denunciante que resultarían cruciales durante el juicio.
Descubrimos que, contrariamente a lo declarado, existían registros de comunicaciones cordiales entre ambos después de la fecha en que supuestamente habían ocurrido los hechos. Estos elementos contextuales, aunque no desmentían directamente la acusación, introducían dudas razonables sobre la verosimilitud del relato.
El factor psicológico: preparando al cliente para el proceso judicial
Un aspecto frecuentemente subestimado en estos casos es la preparación psicológica del cliente para afrontar un proceso judicial que puede extenderse durante años. El desgaste emocional de una acusación de abuso sexual puede ser tan devastador como sus consecuencias legales.
Con Carlos trabajamos intensamente en varios aspectos:
- Preparación para la declaración ante el juez
- Gestión de expectativas sobre los tiempos y posibles escenarios
- Estrategias para manejar el impacto familiar y social de la acusación
- Técnicas para mantener la estabilidad emocional durante el proceso
Lo habitual en mi asesoramiento en estas circunstancias es sugerir que el cliente mantenga un perfil discreto en redes sociales y evite cualquier contacto con la denunciante o personas cercanas a ella. Un comentario desafortunado o un intento de aclaración directa pueden complicar enormemente la defensa.
La fase de instrucción: construyendo los cimientos de la absolución
Contrariamente a lo que muchos piensan, la absolución en un caso de abuso sexual sin pruebas físicas no se consigue en el juicio, sino que comienza a forjarse desde la fase de instrucción. Esta etapa inicial del procedimiento es crucial para marcar el tono de toda la defensa.
En el caso de Carlos, nuestra estrategia durante la instrucción se centró en varios puntos clave:
La declaración del investigado: preparación exhaustiva
Preparamos meticulosamente la primera declaración de Carlos ante el juez instructor. Esta no podía limitarse a una simple negación de los hechos, sino que debía ofrecer una narrativa coherente, detallada y que explicara el contexto completo de su relación con la denunciante.
La claridad, consistencia y nivel de detalle de esta primera declaración son fundamentales para establecer una base sólida sobre la que construir toda la defensa posterior. Cualquier contradicción o imprecisión en este momento puede ser utilizada en contra durante el juicio.
Solicitud de diligencias de investigación estratégicas
Solicitamos diligencias de investigación específicas que pudieran aportar elementos objetivos para contrastar ambas versiones:
- Registros de comunicaciones entre las partes
- Testimonios de compañeros de trabajo
- Informes de recursos humanos sobre posibles conflictos laborales
- Análisis de la cronología de los hechos mediante registros de acceso al edificio
Aquí viene lo que nadie te cuenta… La clave no está en solicitar todas las diligencias posibles, sino en identificar aquellas que realmente pueden aportar valor a la defensa. Una estrategia demasiado agresiva o dispersa puede ser contraproducente y dar la impresión de que se intenta dilatar el procedimiento.
El informe pericial psicológico: una herramienta fundamental
En casos de abuso sexual sin pruebas físicas, el informe pericial psicológico puede convertirse en una pieza clave tanto para la acusación como para la defensa. En el caso de Carlos, solicitamos una pericial psicológica de parte que evaluara tanto su perfil psicológico como la credibilidad de su testimonio.
Este informe, realizado por un psicólogo forense de reconocido prestigio, concluyó que:
- Carlos no presentaba rasgos de personalidad compatibles con agresores sexuales
- Su relato mostraba indicadores de credibilidad según los protocolos estandarizados
- Existían factores contextuales que podrían explicar la denuncia como resultado de un conflicto laboral previo
Como defensor en numerosos procedimientos de delitos sexuales, creo que la pericial psicológica debe utilizarse con prudencia y siempre desde el máximo respeto hacia la presunta víctima. No se trata de desacreditar su testimonio, sino de aportar elementos técnicos que permitan una valoración más completa de los hechos.
El momento crucial: la vista oral
Tras casi dos años de instrucción, el caso de Carlos llegó finalmente a juicio. La vista oral representa el momento culminante de todo el proceso, donde se materializa el trabajo preparatorio realizado durante meses o incluso años.
La estrategia durante el juicio debe ser precisa como un bisturí: incisiva pero no agresiva, contundente pero respetuosa. En delitos sexuales, el tono y la forma pueden ser tan importantes como el fondo.
El interrogatorio cruzado: el arte de preguntar
El interrogatorio de la denunciante constituyó uno de los momentos más delicados del juicio. Nuestra aproximación se basó en identificar inconsistencias en su relato sin caer en tácticas que pudieran ser percibidas como una segunda victimización.
Las preguntas se centraron en aspectos objetivos:
- Cronología exacta de los hechos
- Comunicaciones posteriores con el acusado
- Contexto laboral y posibles conflictos previos
- Momento y motivación de la denuncia
Las contradicciones fueron emergiendo de forma natural, sin necesidad de confrontación directa. La denunciante no pudo explicar satisfactoriamente por qué había mantenido comunicaciones cordiales con Carlos después de los supuestos hechos, ni por qué había esperado varios meses para presentar la denuncia, coincidiendo con un conflicto laboral entre ambos.
La declaración del acusado: el momento de la verdad
La declaración de Carlos durante el juicio fue un ejercicio de precisión y autocontrol. Preparamos exhaustivamente cada posible pregunta, pero sin memorizar respuestas que pudieran sonar artificiales. El objetivo era que pudiera explicar su versión de forma natural, coherente y detallada.
Su testimonio logró transmitir serenidad y consistencia, aportando detalles que solo quien dice la verdad puede recordar. Explicó el contexto laboral, reconoció la existencia de una relación cordial pero estrictamente profesional, y detalló el conflicto que, según nuestra teoría, había motivado la denuncia.
La sentencia absolutoria: análisis de los fundamentos jurídicos
Tres semanas después del juicio, recibimos la notificación de la sentencia: absolutoria. El tribunal consideró que no existían pruebas suficientes para desvirtuar la presunción de inocencia de Carlos.
Los fundamentos jurídicos de la sentencia destacaban varios aspectos que habían sido centrales en nuestra estrategia de defensa:
- Inconsistencias temporales en el relato de la denunciante
- Comunicaciones posteriores incompatibles con la versión de los hechos denunciados
- Contexto laboral conflictivo que podía explicar la motivación de la denuncia
- Ausencia de corroboración periférica del testimonio de la denunciante
La sentencia recogía expresamente que, si bien el testimonio de la víctima puede constituir prueba de cargo suficiente, debe cumplir con los requisitos de credibilidad, verosimilitud y persistencia establecidos por la jurisprudencia del Tribunal Supremo. En este caso, el tribunal consideró que existían dudas razonables sobre la verosimilitud del relato.
Sentencia del Tribunal Supremo 119/2019: «La declaración de la víctima, cuando es la única prueba de cargo, exige una valoración de su credibilidad que ha de apoyarse en parámetros objetivos, entre los que destaca la existencia de elementos periféricos que la corroboren.»
Lecciones aprendidas: claves para la defensa en casos de abuso sexual sin pruebas físicas
El caso de Carlos nos permitió extraer valiosas lecciones sobre cómo abordar la defensa en acusaciones de abuso sexual sin evidencias físicas:
La importancia del contexto y la cronología
La reconstrucción minuciosa del contexto y la cronología puede ser más efectiva que centrarse únicamente en la ausencia de pruebas. En el caso de Carlos, fue precisamente este análisis detallado lo que permitió identificar inconsistencias clave en la versión de la denunciante.
El enfoque constructivo frente al destructivo
Una estrategia centrada exclusivamente en atacar la credibilidad de la denunciante puede volverse en contra del acusado. Construir una narrativa alternativa coherente y respaldada por elementos objetivos suele ser más efectivo que limitarse a negar los hechos o cuestionar el testimonio de la presunta víctima.
La preparación psicológica del cliente
El impacto emocional de una acusación de abuso sexual puede afectar gravemente la capacidad del cliente para participar efectivamente en su defensa. La preparación psicológica es tan importante como la jurídica, especialmente de cara a momentos clave como la declaración ante el juez.
¿Quieres saber por qué esto es tan importante? Porque un cliente desestabilizado emocionalmente puede tomar decisiones contraproducentes o mostrarse de forma que genere una impresión negativa en el tribunal, comprometiendo incluso la mejor estrategia de defensa.
Preguntas frecuentes sobre la defensa en casos de abuso sexual sin pruebas físicas
¿Es posible ser condenado por abuso sexual sin pruebas físicas?
Sí, absolutamente. El testimonio de la víctima puede constituir prueba de cargo suficiente para una condena, siempre que cumpla con los requisitos establecidos por la jurisprudencia: ausencia de incredibilidad subjetiva, verosimilitud y persistencia en la incriminación. Por ello, la defensa no puede basarse únicamente en la ausencia de pruebas físicas, sino que debe trabajar en construir una narrativa alternativa coherente y buscar elementos que generen dudas razonables sobre la versión de la acusación.
¿Cuánto tiempo puede durar un proceso por abuso sexual?
La duración de estos procesos es variable, pero habitualmente se extienden entre uno y tres años desde la denuncia hasta la sentencia firme. Esta prolongada duración supone un desgaste emocional considerable para el acusado, que debe afrontar durante todo ese tiempo la incertidumbre y el estigma social. Por ello, parte de nuestra labor como abogados consiste también en preparar al cliente para este largo recorrido, ayudándole a gestionar la ansiedad y a mantener la estabilidad emocional necesaria para colaborar efectivamente en su defensa.
¿Qué hacer inmediatamente después de recibir una denuncia por abuso sexual?
Lo primero y más importante es buscar asesoramiento legal especializado de inmediato. Abstenerse de contactar con la denunciante o personas de su entorno, no realizar comentarios sobre el caso en redes sociales o entornos laborales, y comenzar a recopilar toda la información que pueda ser relevante para la defensa: comunicaciones previas y posteriores, testigos de la relación entre las partes, documentación sobre posibles conflictos, etc. Las primeras horas tras conocer la denuncia son críticas, y cualquier acción impulsiva puede complicar significativamente la defensa posterior.
Conclusión: cuando la presunción de inocencia prevalece
El caso de Carlos representa un ejemplo de cómo la presunción de inocencia, pilar fundamental de nuestro sistema jurídico, puede y debe prevalecer incluso en los casos más complejos. Las acusaciones de abuso sexual deben ser investigadas con rigor y tratadas con la máxima seriedad, pero siempre respetando las garantías procesales del acusado.
La ausencia de pruebas físicas no implica imposibilidad de defensa efectiva. Con una estrategia adecuada, basada en el análisis minucioso del contexto, la cronología y los elementos periféricos, es posible construir una defensa sólida que genere las dudas razonables necesarias para una absolución.
En AbogadoPenal.Madrid, bajo mi dirección como especialista en delitos sexuales, ofrecemos una defensa integral que abarca tanto los aspectos jurídicos como el acompañamiento personal durante todo el proceso. Entendemos que enfrentarse a una acusación de esta naturaleza supone un antes y un después en la vida de una persona, y trabajamos para que ese después no esté marcado por una condena injusta.
Si te encuentras en una situación similar a la de Carlos, recuerda que el derecho a una defensa efectiva es inviolable y que, con el asesoramiento adecuado, es posible hacer frente incluso a las acusaciones más graves cuando la verdad está de tu lado.
Abogado ejerciente del ICAM con más de 15 años de experiencia. Colegiado del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, colegiado número de colegiado 128.064. Especializado en Derecho Penal. Actual Director del bufete Ródenas Abogados y Asociados S.L.U. Licenciado en Derecho por la Universidad Instituto de Estudios Bursátiles (I.E.B.) con Máster de Acceso a la Abogacía.