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Comprendes perfectamente la situación. Estás investigado por un presunto delito de acoso sexual y te encuentras en medio de un procedimiento judicial que parece no tener fin. La ansiedad te consume y sientes el impulso irrefrenable de compartir tu versión en redes sociales. ¿Quién no querría defenderse públicamente ante acusaciones que considera injustas? Sin embargo, este aparentemente inofensivo desahogo digital podría convertirse en tu peor enemigo legal.

El peligroso impulso de compartir en redes durante una instrucción judicial

Las redes sociales se han convertido en nuestro diario personal público. Compartimos alegrías, frustraciones y, en momentos de crisis, buscamos apoyo o simplemente desahogarnos. Pero cuando estás siendo investigado por acoso sexual, cada palabra que publicas puede y será utilizada en tu contra en un tribunal.

He visto casos donde un simple tuit, un estado de WhatsApp o un comentario en Instagram han destruido por completo estrategias de defensa que llevaban meses construyéndose meticulosamente. ¿Quieres saber por qué esto es tan importante? Porque el juez instructor tiene acceso legal a todo este material y puede incorporarlo como prueba.

Según mi experiencia en este tipo de casos, aproximadamente el 40% de los investigados por delitos de naturaleza sexual cometen el error de publicar contenido relacionado con su proceso judicial en redes sociales, sin ser conscientes de las graves consecuencias que esto puede acarrear.

El marco legal que debes conocer

La legislación española contempla diversas disposiciones que permiten a los investigadores y al juez instructor acceder a tus publicaciones en redes sociales, incluso aquellas que consideras privadas. El artículo 579 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal establece:

«El juez podrá acordar, de forma motivada, la intervención de las comunicaciones telefónicas y telemáticas del investigado, así como el registro de dispositivos de almacenamiento masivo de información.»

Esto significa que cualquier contenido digital que generes durante la instrucción puede ser monitorizado y utilizado como elemento probatorio. No es ciencia ficción: es la realidad procesal a la que te enfrentas.

Casos reales: cuando un post arruinó una defensa

Permíteme compartir contigo algunos casos reales (con nombres modificados) que ilustran perfectamente este riesgo:

  • El caso de Miguel: Acusado de acoso sexual a una compañera de trabajo, publicó en Facebook una crítica velada hacia ella, sugiriendo que «algunas personas confunden la amabilidad con otras intenciones». Esta publicación fue presentada por la acusación como evidencia de que reconocía implícitamente haber tenido comportamientos que podrían malinterpretarse.
  • La situación de Carlos: Durante la instrucción por presunto acoso, compartió en Instagram stories varios memes sobre «falsas denuncias». La fiscalía utilizó estas publicaciones para argumentar su falta de arrepentimiento y su actitud hostil hacia la víctima.
  • El error de Javier: Investigado por mensajes de contenido sexual no consentidos, utilizó Twitter para defender que «los piropos no son delito». Esta declaración pública contradecía su estrategia de defensa, que se basaba en negar haber enviado cualquier tipo de mensaje con connotaciones sexuales.

Aquí viene lo que nadie te cuenta: incluso los mensajes privados intercambiados durante el periodo de instrucción pueden ser solicitados por el juez mediante orden judicial a las plataformas digitales.

El efecto amplificador de las redes sociales

Cuando publicas contenido relacionado con tu caso durante una investigación por acoso sexual, no solo te expones a que ese material sea utilizado como prueba, sino que además:

  1. Generas una narrativa pública que puede influir en testigos potenciales
  2. Arriesgas la revelación de información confidencial de tu estrategia de defensa
  3. Puedes incurrir en nuevos delitos como revelación de secretos sumariales, si el caso está bajo secreto de sumario
  4. Te expones a posibles acciones por calumnia o injurias si mencionas a la presunta víctima
  5. Creas material que puede ser interpretado como presión o intimidación hacia testigos o la parte denunciante

Como defensor en numerosos procedimientos de delitos sexuales, creo que el silencio digital durante la instrucción no es solo una recomendación: es una necesidad estratégica absoluta para salvaguardar tus derechos y posibilidades de defensa.

La difícil línea entre la libertad de expresión y la obstrucción a la justicia

Entiendo perfectamente que sientas la necesidad de expresarte, de defenderte públicamente ante acusaciones que consideras injustas. Es un impulso natural y humano. Sin embargo, debemos analizar las implicaciones legales de este comportamiento.

El derecho a la libertad de expresión, reconocido en el artículo 20 de la Constitución Española, encuentra sus límites cuando colisiona con otros derechos fundamentales o con el correcto funcionamiento de la administración de justicia.

Veamos por qué este detalle marca la diferencia: publicar contenido relacionado con tu caso durante la instrucción puede ser interpretado como un intento de:

  • Influir en testigos que aún no han declarado
  • Presionar a la parte denunciante, lo que podría constituir un delito de obstrucción a la justicia (artículo 464 del Código Penal)
  • Contaminar la investigación mediante la creación de narrativas paralelas

El artículo 464 del Código Penal establece:

«El que con violencia o intimidación intentare influir directa o indirectamente en quien sea denunciante, parte o imputado, abogado, procurador, perito, intérprete o testigo en un procedimiento para que modifique su actuación procesal, será castigado con la pena de prisión de uno a cuatro años y multa de seis a veinticuatro meses.»

El impacto psicológico en la presunta víctima

Otro aspecto que no podemos ignorar es el impacto que tus publicaciones pueden tener en la persona que te ha denunciado. Cualquier mención, aunque sea indirecta, puede ser percibida como una forma de victimización secundaria o acoso continuado.

Esto no solo tiene implicaciones legales, sino también estratégicas: los jueces son particularmente sensibles a comportamientos que puedan interpretarse como una falta de respeto hacia el procedimiento o hacia la presunta víctima.

Cuando un cliente acude al despacho tras ser imputado por un delito de acoso sexual, una de mis primeras recomendaciones es establecer un protocolo de comunicación digital estricto que incluye la abstención total de cualquier mención al caso en redes sociales.

Estrategias seguras para gestionar tu presencia digital durante la instrucción

Si estás siendo investigado por acoso sexual o cualquier otro delito contra la libertad sexual, estas son las pautas que deberías seguir respecto a tu actividad en redes sociales:

Medidas preventivas inmediatas

  • Auditoría digital: Revisa y elimina cualquier contenido previo que pueda ser malinterpretado o utilizado en tu contra
  • Configuración de privacidad: Establece todos tus perfiles en modo privado, limitando el acceso a personas de confianza
  • Abstención total: Evita cualquier mención directa o indirecta al caso, a la denunciante o a los hechos investigados
  • Comunicación con tu abogado: Consulta antes de publicar cualquier contenido que pueda estar remotamente relacionado con tu situación legal

Lo primero que explico a quien me consulta por esto es que incluso los likes, reacciones o compartidos a publicaciones de terceros relacionadas con temas como «falsas denuncias», «feminismo radical» o similares pueden ser utilizados para construir un perfil psicológico que perjudique tu imagen ante el tribunal.

Alternativas seguras para gestionar la ansiedad

Entiendo que necesitas desahogarte y procesar lo que estás viviendo. En lugar de recurrir a las redes sociales, considera estas alternativas:

  1. Terapia psicológica especializada en personas que atraviesan procesos judiciales
  2. Diarios privados analógicos (en papel, nunca digitales)
  3. Grupos de apoyo presenciales con acuerdos de confidencialidad
  4. Comunicación directa y privada con tu abogado, protegida por el secreto profesional

En mi opinión como abogado penalista, la gestión emocional durante un proceso de instrucción por acoso sexual es tan importante como la estrategia legal, pero debe canalizarse a través de vías que no comprometan tu defensa.

El valor probatorio de las publicaciones en redes sociales

Es fundamental que comprendas cómo y por qué tus publicaciones en redes pueden convertirse en pruebas de cargo contra ti. La jurisprudencia española ha ido evolucionando hacia una aceptación cada vez mayor del contenido digital como elemento probatorio.

El Tribunal Supremo, en sentencias como la STS 300/2015 de 19 de mayo, ha establecido que las publicaciones en redes sociales pueden constituir prueba válida siempre que se garantice:

  • La autenticidad del contenido
  • La integridad de la información
  • La correcta identificación del autor

Para ello, la acusación puede solicitar:

  1. Peritajes informáticos que certifiquen la autoría de las publicaciones
  2. Actas notariales que documenten el contenido publicado
  3. Requerimientos judiciales a las plataformas para obtener metadatos y confirmar la procedencia

El peligro de las capturas de pantalla

Un error común es pensar que si eliminas una publicación, esta desaparece para siempre. Sin embargo, cualquier persona que haya visto tu contenido puede haber realizado una captura de pantalla que posteriormente podría ser aportada como prueba.

Aunque las capturas de pantalla tienen un valor probatorio limitado por sí mismas (al ser fácilmente manipulables), pueden servir como punto de partida para que el juez solicite información directamente a las plataformas digitales, obteniendo así la confirmación oficial de lo publicado.

Consecuencias procesales de las publicaciones imprudentes

Las publicaciones relacionadas con tu caso durante la fase de instrucción pueden tener múltiples consecuencias procesales adversas:

Agravamiento de medidas cautelares

Si el juez interpreta que tus publicaciones representan un intento de interferir en la investigación o presionar a la denunciante, podría endurecer las medidas cautelares impuestas, incluyendo:

  • Ampliación de la orden de alejamiento, incluyendo prohibición de comunicación por cualquier vía
  • Imposición de comparecencias periódicas en el juzgado
  • En casos extremos, prisión provisional si se considera que existe riesgo de obstrucción a la justicia

El artículo 503.1.3º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal contempla como uno de los fines de la prisión provisional:

«Evitar que el investigado o encausado pueda actuar contra bienes jurídicos de la víctima, especialmente cuando ésta sea alguna de las personas a las que se refiere el artículo 173.2 del Código Penal.»

Impacto en la valoración judicial

Más allá de las consecuencias procesales inmediatas, tus publicaciones pueden influir negativamente en la percepción que el juez instructor tenga de ti, afectando a:

  1. La credibilidad de tu versión de los hechos
  2. La valoración de tu actitud procesal
  3. La apreciación de circunstancias atenuantes como el arrepentimiento

Mi recomendación profesional suele ser mantener un perfil bajo absoluto en redes sociales durante todo el procedimiento, no solo para evitar que tus publicaciones sean utilizadas en tu contra, sino también para proyectar una imagen de respeto hacia la administración de justicia.

Publicaciones de terceros: cómo gestionar lo que otros dicen sobre tu caso

Un aspecto igualmente problemático es cómo gestionar las publicaciones que terceras personas (amigos, familiares, compañeros) puedan hacer en relación con tu caso. Estas publicaciones también pueden tener consecuencias negativas para tu defensa.

Debes tener en cuenta que:

  • Las publicaciones de apoyo que minimicen la gravedad del acoso sexual pueden ser interpretadas como reflejo de tu entorno y valores
  • Los comentarios que ataquen a la denunciante pueden ser considerados como intimidación indirecta
  • Las revelaciones de detalles del caso por parte de tu círculo cercano pueden comprometer información sensible para tu defensa

Protocolo de comunicación para tu entorno

Es recomendable establecer un protocolo claro con las personas de tu confianza:

  1. Solicitar abstención total de comentarios públicos sobre el caso
  2. Evitar compartir noticias relacionadas con acoso sexual, falsas denuncias o temas similares
  3. No responder a provocaciones o comentarios de terceros sobre tu situación
  4. Canalizar el apoyo a través de vías privadas, nunca en plataformas públicas

En estas situaciones, lo más sensato que aconsejo es designar a una única persona (idealmente tu abogado) como portavoz oficial para cualquier comunicación necesaria sobre el caso, manteniendo a todos los demás en estricto silencio digital.

Preguntas frecuentes sobre publicaciones en redes durante una instrucción por acoso sexual

¿Puedo usar perfiles anónimos para expresar mi opinión sobre el caso?

Aunque técnicamente es posible crear perfiles sin identificación directa, esta práctica conlleva riesgos significativos. Las autoridades tienen capacidad para solicitar a las plataformas información sobre direcciones IP y otros datos que podrían vincular estos perfiles contigo. Además, el contenido y estilo de escritura pueden ser analizados para establecer coincidencias con tu forma habitual de expresarte. Mi recomendación es abstenerse completamente de cualquier publicación relacionada con el caso, incluso desde perfiles supuestamente anónimos.

¿Qué hago si la otra parte está publicando contenido sobre el caso?

Si la denunciante o personas de su entorno están publicando contenido relacionado con la investigación, no respondas directamente bajo ninguna circunstancia. En su lugar, documenta estas publicaciones (mediante capturas de pantalla certificadas por notario, si es posible) y comunícalo inmediatamente a tu abogado. Este material podría ser relevante para tu defensa y, en determinados casos, podría constituir una vulneración del derecho a la presunción de inocencia que tu defensa podría utilizar estratégicamente.

¿Durante cuánto tiempo debo mantener esta precaución en redes sociales?

La precaución debería mantenerse durante todo el procedimiento judicial, desde la fase de instrucción hasta que exista una sentencia firme. Incluso después de una sentencia absolutoria, es recomendable ser extremadamente cauteloso con cualquier publicación relacionada con el caso, ya que podrían producirse recursos o nuevas acciones legales. Como norma general, establezco con mis clientes un periodo mínimo de un año tras la resolución definitiva antes de considerar la posibilidad de hacer cualquier referencia pública al proceso vivido.

Conclusión: el silencio digital como estrategia de defensa

A lo largo de este artículo hemos analizado los múltiples riesgos que implican las publicaciones en redes sociales durante la instrucción de un caso por acoso sexual. Lo que puede parecer un inofensivo desahogo o un legítimo ejercicio de defensa pública puede convertirse en una herramienta que la acusación utilice para construir un caso más sólido en tu contra.

El silencio digital no es una admisión de culpabilidad, sino una estrategia legal inteligente que protege tus derechos y maximiza tus posibilidades de defensa. En un entorno donde cada palabra puede ser analizada, descontextualizada e interpretada en tu contra, la prudencia comunicativa se convierte en un activo fundamental.

En AbogadoPenal.Madrid, bajo mi dirección, ofrecemos no solo representación legal especializada en delitos contra la libertad sexual, sino también un acompañamiento integral que incluye protocolos de comunicación seguros durante todo el procedimiento. Nuestro equipo está preparado para:

  • Realizar auditorías digitales preventivas de tus perfiles en redes sociales
  • Establecer estrategias de comunicación seguras para ti y tu entorno
  • Monitorizar posibles vulneraciones de tu presunción de inocencia en medios digitales
  • Proporcionarte canales seguros para expresar tus preocupaciones sin exponerte a riesgos legales

Recuerda que cada caso es único, y las estrategias deben adaptarse a tus circunstancias particulares. Si estás siendo investigado por acoso sexual u otro delito contra la libertad sexual, no dudes en contactarnos para recibir asesoramiento personalizado que te ayude a navegar este complejo proceso con las máximas garantías para tu defensa.