Las amenazas sobre la custodia de los hijos constituyen una de las situaciones más angustiantes que pueden experimentar madres y padres durante un proceso de separación o divorcio. Cuando la otra parte utiliza a los menores como instrumento de presión emocional, muchas personas se sienten atrapadas, vulnerables y sin opciones. Sin embargo, el ordenamiento jurídico español ofrece diversas herramientas para proteger tanto a los progenitores como a los menores ante este tipo de conductas que, además de ser éticamente reprobables, pueden constituir infracciones legales con graves consecuencias.
Protección legal frente a las amenazas relacionadas con la custodia
Cuando una persona se enfrenta a amenazas explícitas o veladas sobre la posibilidad de perder el contacto con sus hijos, es fundamental entender que estas conductas no solo generan un profundo daño emocional, sino que pueden constituir delitos tipificados en nuestro Código Penal. Según mi experiencia en este tipo de casos, la mayoría de las víctimas desconocen que estas amenazas, lejos de ser «problemas familiares privados», representan conductas que pueden y deben ser denunciadas.
El artículo 171 del Código Penal tipifica el delito de amenazas, estableciendo penas que pueden llegar hasta los dos años de prisión cuando se amenaza a alguien con causarle un mal que constituya delito. Utilizar a los hijos como elemento de coacción puede encuadrarse perfectamente en este tipo penal, especialmente cuando va acompañado de otras conductas intimidatorias.
¿Quieres saber por qué esto es tan importante? Porque documentar y denunciar estas amenazas no solo puede protegerte legalmente, sino que también puede ser determinante en un futuro proceso de custodia.
Tipos de amenazas habituales relacionadas con los hijos
Las amenazas relacionadas con la custodia de los hijos pueden manifestarse de diversas formas, algunas más explícitas que otras:
- Amenazas directas de sustracción: «Te quitaré a los niños y nunca los volverás a ver»
- Manipulación emocional: «Si me dejas/denuncias/no haces lo que quiero, me aseguraré de que pierdas la custodia»
- Amenazas de falsas denuncias: «Diré que eres mala madre/mal padre, que maltratas a los niños o que consumes drogas»
- Intimidación económica: «Me aseguraré de que no tengas recursos para mantenerlos»
- Amenazas de alienación parental: «Haré que los niños te odien»
Cada una de estas manifestaciones puede constituir no solo un delito de amenazas, sino también, dependiendo del contexto, otros tipos penales como coacciones, violencia psicológica o, en casos graves, violencia de género cuando existe una relación sentimental previa.
Medidas inmediatas ante amenazas sobre la custodia
Cuando alguien llega al despacho tras enfrentarse a amenazas sobre la custodia de sus hijos, lo primero que recomiendo es mantener la calma y actuar estratégicamente. Las decisiones tomadas en momentos de alta carga emocional pueden ser contraproducentes a largo plazo. Aquí viene lo que nadie te cuenta: la respuesta inmediata a estas amenazas puede determinar en gran medida el desarrollo posterior del caso.
Documentación exhaustiva de las amenazas
La primera y más importante medida es documentar meticulosamente todas las amenazas recibidas. Esto incluye:
- Guardar mensajes de texto, correos electrónicos, mensajes de voz o cualquier comunicación escrita donde se realicen las amenazas
- Anotar fechas, horas y contextos en que se produjeron amenazas verbales
- Identificar posibles testigos que hayan presenciado estas conductas
- Conservar cualquier grabación de llamadas (siempre que sean legales, es decir, cuando uno mismo participa en la conversación)
- Recopilar informes médicos o psicológicos si las amenazas han generado problemas de salud
Esta documentación será fundamental tanto para una posible denuncia penal como para el procedimiento civil de custodia. En mi experiencia como abogado penalista, los casos mejor documentados tienen muchas más probabilidades de prosperar judicialmente.
Vías legales para protegerse de las amenazas sobre la custodia
Existen diversas vías legales que pueden activarse, simultánea o sucesivamente, dependiendo de la gravedad de la situación y del contexto específico:
Denuncia penal por amenazas
La presentación de una denuncia penal es una de las medidas más contundentes. El delito de amenazas está tipificado en los artículos 169 a 171 del Código Penal, con penas que varían según la gravedad:
- Amenazas de un mal constitutivo de delito: prisión de uno a cinco años si se exige una cantidad o condición (art. 169.1º CP)
- Amenazas de un mal no constitutivo de delito: multa de tres a seis meses (art. 171.1 CP)
- Amenazas leves en el ámbito familiar o de violencia de género: pueden constituir delito según el artículo 171.4 y 171.5 CP
Veamos por qué este detalle marca la diferencia: cuando las amenazas se producen en un contexto de violencia de género o doméstica, pueden activarse inmediatamente medidas de protección como órdenes de alejamiento que también pueden incluir a los menores.
Medidas civiles urgentes
Paralelamente a la vía penal, es posible solicitar medidas provisionales previas o simultáneas a la demanda de separación o divorcio, reguladas en los artículos 771 a 773 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Estas medidas pueden incluir:
- Atribución provisional de la guarda y custodia
- Establecimiento de un régimen de visitas supervisado
- Fijación de pensión de alimentos
- Uso de la vivienda familiar
- Medidas de protección del menor
Lo habitual en mi asesoramiento en estas circunstancias es sugerir que se soliciten estas medidas urgentes cuando existen amenazas creíbles que ponen en riesgo la estabilidad de los menores o el ejercicio de la parentalidad.
El papel de los servicios sociales y equipos psicosociales
Un recurso frecuentemente subestimado son los servicios sociales y los equipos psicosociales adscritos a los juzgados de familia. Estos profesionales pueden:
- Realizar informes sobre la situación familiar que serán valorados por el juez
- Evaluar el impacto emocional de las amenazas en los menores
- Supervisar las visitas cuando existe riesgo
- Proporcionar apoyo psicológico tanto a los menores como a los progenitores
- Detectar situaciones de manipulación o alienación parental
Según mi experiencia en este tipo de casos, los informes de estos equipos suelen tener un peso determinante en las decisiones judiciales sobre custodia, por lo que es fundamental colaborar activamente con ellos y solicitar su intervención cuando existan indicios de conductas amenazantes o manipuladoras.
Importancia de la evaluación psicológica
La evaluación psicológica tanto de los menores como de los progenitores puede ser crucial en estos casos. Un informe psicológico que documente el impacto emocional de las amenazas o que identifique patrones de conducta manipuladora puede ser determinante para:
- Demostrar la existencia de daño psicológico
- Evidenciar comportamientos controladores o narcisistas
- Identificar situaciones de alienación parental
- Evaluar la idoneidad de cada progenitor para ejercer la custodia
Aquí viene lo que nadie te cuenta: muchos jueces dan más credibilidad a los informes periciales independientes que a las declaraciones de las partes, por lo que invertir en una buena evaluación psicológica puede marcar la diferencia en el resultado del procedimiento.
Medidas preventivas para proteger a los menores
Además de las acciones legales, existen medidas preventivas que pueden adoptarse para proteger a los menores y minimizar el impacto de las amenazas:
- Comunicación controlada: Utilizar aplicaciones específicas para la comunicación entre progenitores que registran todas las interacciones
- Puntos de encuentro familiar: Solicitar que las entregas y recogidas de los menores se realicen en estos espacios supervisados
- Apoyo psicológico: Proporcionar a los menores acompañamiento profesional para procesar la situación
- Mediación familiar: En casos menos graves, puede ser una alternativa para establecer acuerdos razonables
- Coordinación de parentalidad: Esta figura, cada vez más implementada, puede ayudar a gestionar conflictos y mejorar la comunicación
Mi valoración personal como abogado en este ámbito es que la protección de los menores debe ser siempre la prioridad absoluta, por encima incluso de la legítima defensa de los derechos del progenitor amenazado. Todas las decisiones deben tomarse considerando el interés superior del menor.
Consecuencias legales para quien realiza amenazas sobre la custodia
Es importante que quien sufre estas amenazas comprenda que el sistema legal prevé graves consecuencias para quien instrumentaliza a los hijos como forma de presión o venganza:
Consecuencias penales
Las amenazas relacionadas con la custodia pueden acarrear:
- Condenas por delitos de amenazas (art. 169-171 CP)
- Posibles condenas por coacciones (art. 172 CP)
- En contextos de violencia de género, agravantes específicas
- Medidas cautelares como órdenes de alejamiento o prohibición de comunicación
- Antecedentes penales que pueden afectar a futuras decisiones sobre custodia
Consecuencias civiles en el procedimiento de familia
Además de las consecuencias penales, estas conductas suelen tener un impacto decisivo en el procedimiento civil:
- Pérdida de la custodia compartida o incluso de la custodia individual
- Establecimiento de regímenes de visitas restrictivos o supervisados
- Posible suspensión temporal del régimen de visitas en casos graves
- Imposición de terapia psicológica obligatoria como condición para mantener el contacto con los menores
- Designación de un coordinador de parentalidad que supervise las interacciones
¿Quieres saber por qué esto es tan importante? Porque muchas personas que realizan estas amenazas no son conscientes de que, lejos de conseguir sus objetivos, están generando pruebas que probablemente se volverán en su contra en el procedimiento judicial.
Estrategias legales específicas según el tipo de amenaza
No todas las amenazas sobre la custodia son iguales, y la estrategia legal debe adaptarse al tipo específico de amenaza y al contexto en que se produce:
Frente a amenazas de sustracción internacional
Cuando existe riesgo de que el otro progenitor se lleve a los menores fuera del país:
- Solicitar medidas cautelarísimas de prohibición de salida del territorio nacional
- Alertar a las autoridades fronterizas y policiales
- Retener los pasaportes de los menores
- Activar protocolos internacionales como el Convenio de La Haya
Frente a amenazas de falsas denuncias
Cuando el otro progenitor amenaza con presentar denuncias falsas:
- Documentar preventivamente la relación positiva con los menores
- Mantener testigos en las interacciones cuando sea posible
- Considerar la grabación legal de conversaciones donde se realicen estas amenazas
- Solicitar evaluaciones psicológicas que descarten las acusaciones
Frente a amenazas de alienación parental
Cuando existe manipulación de los menores contra el otro progenitor:
- Solicitar intervención psicológica especializada
- Pedir la designación de un coordinador de parentalidad
- Documentar los intentos de manipulación
- Solicitar modificación del régimen de custodia si la situación es grave
En mi opinión como abogado penalista, la estrategia legal debe ser siempre proporcional a la gravedad de las amenazas, evitando escaladas innecesarias del conflicto pero sin minimizar conductas que puedan poner en riesgo el bienestar de los menores o los derechos del progenitor amenazado.
Recursos de apoyo para progenitores amenazados
Enfrentar amenazas relacionadas con la custodia de los hijos no solo requiere acciones legales, sino también apoyo emocional y recursos prácticos para gestionar la situación:
- Asociaciones de apoyo a familias en procesos de separación conflictiva
- Grupos de ayuda mutua para progenitores en situaciones similares
- Terapia psicológica especializada en trauma y estrés postraumático
- Servicios de mediación familiar en casos donde sea viable
- Programas de intervención para progenitores en conflicto
Veamos por qué este detalle marca la diferencia: contar con una red de apoyo adecuada no solo mejora el bienestar emocional del progenitor amenazado, sino que también le permite tomar decisiones más racionales y estratégicas en el procedimiento legal.
Casos prácticos: Soluciones efectivas ante amenazas sobre la custodia
A lo largo de mi carrera profesional he asistido a numerosos clientes que han enfrentado amenazas relacionadas con la custodia de sus hijos. Algunos casos representativos y sus soluciones pueden ilustrar las estrategias más efectivas:
Caso 1: Amenazas explícitas de sustracción
Una madre recibía constantemente mensajes de su expareja amenazando con llevarse a los niños al extranjero. La estrategia implementada incluyó:
- Denuncia penal por amenazas con documentación exhaustiva de los mensajes
- Solicitud de medidas cautelares urgentes en el juzgado de familia
- Obtención de una prohibición de salida del territorio nacional para los menores
- Depósito de los pasaportes en el juzgado
- Establecimiento de un régimen de visitas supervisado en punto de encuentro
El resultado fue la concesión de la custodia exclusiva a la madre y un régimen de visitas progresivo condicionado a terapia psicológica para el padre.
Caso 2: Manipulación emocional y amenazas veladas
Un padre enfrentaba una situación donde la madre, sin realizar amenazas explícitas, manipulaba a los menores y sugería constantemente que haría lo posible para que perdiera la custodia. La estrategia incluyó:
- Solicitud de intervención del equipo psicosocial
- Documentación de las conductas manipuladoras mediante informes escolares y testimonios
- Terapia psicológica para los menores
- Designación de un coordinador de parentalidad
El resultado fue el mantenimiento de la custodia compartida con supervisión profesional y la mejora gradual de la comunicación entre progenitores.
Preguntas frecuentes sobre amenazas relacionadas con la custodia
¿Puedo perder realmente la custodia de mis hijos por las amenazas de mi ex pareja?
No. Las decisiones sobre custodia se basan en el interés superior del menor y en criterios objetivos evaluados por profesionales y jueces. Las amenazas sin fundamento no pueden por sí solas determinar la pérdida de la custodia. De hecho, cuando estas amenazas se documentan adecuadamente, suelen volverse en contra de quien las realiza, evidenciando su falta de capacidad para priorizar el bienestar de los menores.
¿Es legal grabar las conversaciones donde me amenaza con quitarme a los hijos?
Sí es legal grabar conversaciones en las que uno mismo participa, según la jurisprudencia del Tribunal Supremo. Estas grabaciones pueden constituir prueba válida tanto en procedimientos penales como civiles. Sin embargo, no es legal grabar conversaciones entre terceros en las que no se participa, ni instalar dispositivos de grabación ocultos. Lo recomendable es consultar con un abogado antes de realizar grabaciones para asegurar su validez probatoria.
¿Qué hago si me amenaza durante las entregas y recogidas de los niños?
Lo más recomendable es solicitar judicialmente que las entregas y recogidas se realicen en un Punto de Encuentro Familiar, donde hay profesionales que supervisan estas interacciones y pueden documentar cualquier conducta inapropiada. Mientras tanto, es aconsejable acudir acompañado de un familiar o amigo que pueda actuar como testigo, evitar discusiones delante de los menores, y documentar cualquier incidente para presentarlo ante el juzgado.
Conclusión: Protección efectiva frente a las amenazas sobre la custodia
Enfrentarse a amenazas relacionadas con la custodia de los hijos requiere una combinación de serenidad, estrategia legal y apoyo emocional adecuado. El sistema jurídico español ofrece múltiples herramientas para proteger tanto a los progenitores amenazados como, sobre todo, a los menores que se ven involucrados en estos conflictos.
La clave para una protección efectiva reside en la documentación exhaustiva, la actuación legal temprana y la priorización constante del bienestar de los menores. Las amenazas sobre la custodia, lejos de ser efectivas para quien las realiza, suelen constituir evidencia que los tribunales valoran negativamente al determinar la idoneidad para ejercer la responsabilidad parental.
En AbogadoPenal.Madrid, bajo mi dirección como especialista en derecho penal y familia, ofrecemos representación legal integral para personas que enfrentan amenazas relacionadas con la custodia de sus hijos. Nuestro enfoque combina la contundencia legal necesaria con la sensibilidad que estas situaciones requieren, proporcionando no solo defensa jurídica sino también orientación estratégica y apoyo durante todo el proceso.
Recuerda que ninguna amenaza sobre la custodia debe ser ignorada, pero tampoco debe paralizarte. Con el asesoramiento adecuado y las acciones legales oportunas, es posible proteger efectivamente tus derechos como progenitor y, lo más importante, el bienestar emocional y psicológico de tus hijos.
Abogado ejerciente del ICAM con más de 15 años de experiencia. Colegiado del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, colegiado número de colegiado 128.064. Especializado en Derecho Penal. Actual Director del bufete Ródenas Abogados y Asociados S.L.U. Licenciado en Derecho por la Universidad Instituto de Estudios Bursátiles (I.E.B.) con Máster de Acceso a la Abogacía.