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En los tribunales españoles, enfrentarse a una acusación por agresión sexual puede destrozar la vida de una persona inocente. Hoy quiero compartir uno de los casos más complejos y gratificantes de mi carrera: cómo logramos demostrar la inocencia de un cliente acusado de un delito que nunca ocurrió, revelando las claves de una defensa técnica que marcó la diferencia entre la condena y la libertad.

La llamada que lo cambió todo: cuando la acusación de agresión sexual llega sin previo aviso

Recuerdo perfectamente aquella tarde de jueves. Carlos (nombre ficticio para proteger su identidad) entró en mi despacho con la mirada perdida y las manos temblorosas. Acababa de recibir una notificación judicial que lo situaba como investigado por un presunto delito de agresión sexual. Su mundo se había derrumbado en cuestión de horas.

«No entiendo qué está pasando, Pablo. Jamás he tocado a esa persona. Ni siquiera recuerdo haber estado a solas con ella», me dijo con la voz entrecortada.

Esta es la realidad a la que nos enfrentamos los abogados penalistas: personas que, de un día para otro, ven cómo su reputación, su trabajo y su vida familiar quedan en suspenso por una acusación que, en algunos casos, puede no corresponderse con la realidad.

En este caso particular, la denunciante, una compañera de trabajo de Carlos, lo acusaba de haberla acorralado en el almacén de la empresa y haber realizado tocamientos no consentidos. La denuncia describía con detalle cómo supuestamente Carlos la había sujetado contra la pared, impidiéndole moverse, mientras realizaba tocamientos en zonas íntimas.

La gravedad de una acusación por agresión sexual no puede subestimarse. Tras la reforma del Código Penal introducida por la Ley Orgánica 10/2022, conocida como «ley del solo sí es sí», cualquier acto que atente contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento puede ser considerado agresión sexual, con penas que pueden llegar a los cinco años de prisión en casos como el que nos ocupaba.

Construyendo la estrategia de defensa: la importancia de la primera actuación

Cuando alguien llega al despacho tras enfrentarse a una acusación por agresión sexual, lo primero que hago es escuchar atentamente su versión. No para juzgar, sino para identificar elementos que puedan ser cruciales para la defensa. En el caso de Carlos, su negativa rotunda a haber tenido cualquier tipo de contacto físico con la denunciante fue el punto de partida.

La estrategia de defensa en casos de acusaciones por delitos sexuales sin contacto físico real debe centrarse en varios pilares fundamentales:

  • Reconstrucción minuciosa de los hechos y circunstancias
  • Búsqueda de pruebas objetivas que contradigan la versión acusatoria
  • Análisis de posibles motivaciones espurias en la denuncia
  • Estudio de testigos potenciales que pudieran corroborar la versión del acusado
  • Evaluación de elementos técnicos y periciales que puedan apoyar la defensa

En mi experiencia como abogado penalista especializado en delitos sexuales, he comprobado que la primera fase de investigación es absolutamente determinante. Los primeros días tras conocer la acusación son cruciales para recopilar evidencias que, con el paso del tiempo, podrían desaparecer.

La reconstrucción cronológica: pieza clave para desmontar la acusación falsa

Lo primero que hicimos fue elaborar una cronología detallada de los movimientos de Carlos el día de los supuestos hechos. Esta labor detectivesca requirió revisar:

  • Registros de entrada y salida de la empresa
  • Comunicaciones electrónicas (correos, mensajes)
  • Registros de uso de la tarjeta de acceso a diferentes áreas
  • Agenda de reuniones y llamadas
  • Testigos que pudieran confirmar su ubicación en momentos clave

Aquí viene lo que nadie te cuenta… En estos casos, los pequeños detalles marcan la diferencia. Un ticket de cafetería, una llamada telefónica registrada o un correo electrónico enviado pueden convertirse en la prueba definitiva que demuestre la imposibilidad material de haber cometido los hechos denunciados.

El sistema de videovigilancia: cuando la tecnología se convierte en aliada de la verdad

La primera gran victoria en el caso de Carlos llegó cuando descubrimos que la empresa disponía de un sistema de videovigilancia que cubría parcialmente el área del almacén donde supuestamente habían ocurrido los hechos. Solicitar inmediatamente la preservación de esas grabaciones fue crucial.

El artículo 588 sexies de la Ley de Enjuiciamiento Criminal establece:

«El juez podrá acordar la incautación de los dispositivos informáticos o medios de almacenamiento masivo de información, o el acceso a repositorios telemáticos de datos, con el fin de incautar los datos que contengan y que resulten necesarios para el esclarecimiento de los hechos investigados.»

Amparándonos en este precepto, solicitamos al juzgado que requiriera a la empresa la entrega de las grabaciones correspondientes al día y hora de los supuestos hechos. Esta petición fue aceptada, lo que nos permitió acceder a un material probatorio de valor incalculable.

Veamos por qué este detalle marca la diferencia… Al analizar las grabaciones, pudimos comprobar que:

  1. Carlos efectivamente había entrado al almacén, tal como indicaba la denunciante
  2. Sin embargo, en ningún momento coincidió a solas con ella en dicho espacio
  3. Durante todo el periodo en que supuestamente ocurrieron los hechos, había al menos dos personas más trabajando en la zona
  4. La configuración física del almacén, visible en las grabaciones, hacía materialmente imposible que alguien pudiera ser «acorralado» como describía la denuncia

Esta evidencia visual se convirtió en el pilar fundamental de nuestra estrategia de defensa, demostrando la imposibilidad material de que los hechos hubieran ocurrido tal como se describían en la denuncia.

El informe pericial: cuando la ciencia apoya la inocencia

Para reforzar nuestra defensa, solicitamos un informe pericial informático que analizara en profundidad las grabaciones. Este informe no solo confirmó la autenticidad de las imágenes, sino que también estableció con precisión los tiempos y movimientos de todas las personas presentes en el almacén.

El perito informático pudo determinar que:

  • No existía manipulación en las grabaciones
  • Carlos permaneció en el almacén exactamente 4 minutos y 37 segundos
  • Durante todo ese tiempo, estuvo a la vista de al menos un compañero
  • La denunciante entró al almacén 2 minutos después de que Carlos saliera

Según mi experiencia en este tipo de casos, la evidencia técnica objetiva es prácticamente irrefutable cuando está correctamente documentada y analizada. Los jueces valoran especialmente este tipo de pruebas por su carácter objetivo, frente a testimonios que pueden estar condicionados por percepciones subjetivas o recuerdos imprecisos.

El interrogatorio estratégico: desentrañando contradicciones en la acusación

Una vez que contábamos con evidencia sólida que contradecía la versión de la denunciante, preparamos minuciosamente el interrogatorio para la fase de instrucción. Esta preparación fue meticulosa, analizando cada detalle de la denuncia y contrastándolo con las pruebas objetivas que habíamos recopilado.

Durante el interrogatorio de la denunciante, surgieron contradicciones significativas que reforzaron nuestra posición:

  • Inicialmente afirmó que los hechos ocurrieron «alrededor de las 11:30», pero las grabaciones mostraban que Carlos estuvo en el almacén a las 10:15
  • Describió un escenario de soledad absoluta que las grabaciones desmentían completamente
  • Mencionó detalles sobre la ropa que Carlos llevaba ese día que no coincidían con lo visible en las imágenes
  • No pudo explicar cómo había sido posible el supuesto acorralamiento en un espacio abierto y transitado

¿Quieres saber por qué esto es tan importante? Porque en los delitos contra la libertad sexual, donde frecuentemente no existen pruebas directas más allá de los testimonios, las contradicciones en la versión acusatoria adquieren un valor probatorio fundamental. El Tribunal Supremo ha establecido en numerosas sentencias que, si bien el testimonio de la víctima puede ser prueba de cargo suficiente, debe cumplir con requisitos de credibilidad, verosimilitud y persistencia.

Como defensor en numerosos procedimientos de delitos sexuales, creo que es fundamental abordar estos interrogatorios con extrema precisión técnica, pero también con el máximo respeto hacia todas las partes. No se trata de desacreditar por sistema a quien denuncia, sino de buscar la verdad a través de un análisis riguroso de los hechos.

El contexto laboral: cuando las motivaciones de la denuncia salen a la luz

Durante la fase de instrucción, un elemento que resultó determinante fue el análisis del contexto laboral en el que se produjo la denuncia. La investigación reveló que:

  • Carlos había sido recientemente promocionado a un puesto al que también aspiraba la denunciante
  • Existían correos electrónicos que demostraban cierta tensión profesional entre ambos
  • Tres semanas antes de la denuncia, Carlos había reportado a recursos humanos un error cometido por la denunciante
  • La empresa estaba en proceso de reestructuración, con posibles despidos en el horizonte

Este contexto no prueba por sí mismo la falsedad de una denuncia, pero sí aporta elementos que el tribunal debe valorar al analizar la credibilidad de los testimonios. El artículo 456 del Código Penal tipifica la acusación y denuncia falsas:

«Los que, con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad, imputaren a alguna persona hechos que, de ser ciertos, constituirían infracción penal, si esta imputación se hiciera ante funcionario judicial o administrativo que tenga el deber de proceder a su averiguación, serán sancionados: 1.º Con la pena de prisión de seis meses a dos años y multa de doce a veinticuatro meses, si se imputara un delito grave.»

Sin embargo, en mi opinión como abogado penalista, debemos ser extremadamente cautelosos al plantear la posibilidad de una denuncia falsa. Esta línea de defensa solo debe explorarse cuando existen indicios objetivos muy sólidos que la sustenten, como ocurría en este caso particular.

Los testigos clave: cuando la verdad se construye desde múltiples perspectivas

Otro elemento fundamental en nuestra estrategia fue la localización y preparación de testigos que pudieran corroborar aspectos relevantes para la defensa:

  • Compañeros que estuvieron presentes en el almacén durante el horario crítico
  • Personal de recursos humanos que conocía la situación laboral de ambas partes
  • Supervisores que podían testificar sobre la dinámica profesional en el departamento

La preparación de estos testigos fue meticulosa, siempre dentro de los límites éticos y legales. No se trataba de «aleccionar» sobre qué decir, sino de asegurarnos de que comprendían la importancia de ceñirse a los hechos que conocían de primera mano, sin especulaciones ni opiniones.

El juicio oral: cuando la verdad prevalece ante el tribunal

Llegado el día del juicio, nuestra estrategia se centró en presentar de forma clara y ordenada todas las evidencias que demostraban la imposibilidad material de que hubiera existido contacto físico entre Carlos y la denunciante en las circunstancias descritas.

La proyección de las grabaciones de videovigilancia en la sala fue un momento decisivo. El silencio que se produjo mientras todos observaban cómo la realidad contradecía frontalmente la versión acusatoria fue revelador.

Durante mi alegato final, enfaticé varios puntos clave:

  1. La presunción de inocencia como derecho fundamental de todo acusado
  2. La existencia de prueba objetiva que demostraba la imposibilidad material de los hechos denunciados
  3. Las contradicciones significativas en el testimonio de la denunciante
  4. El contexto laboral que podía explicar motivaciones ajenas a la verdad
  5. La coherencia y persistencia del testimonio de Carlos, respaldado por evidencias objetivas

Lo que suelo recomendar a mis clientes en estos casos es mantener la serenidad durante todo el proceso, por angustioso que resulte. La verdad tiene una fuerza que, cuando está respaldada por una defensa técnica adecuada, acaba imponiéndose.

La sentencia absolutoria: el triunfo de la justicia basada en pruebas

Tras varias semanas de deliberación, el tribunal dictó sentencia absolutoria, reconociendo explícitamente que:

  • Las pruebas videográficas demostraban la imposibilidad material de los hechos denunciados
  • El testimonio de la denunciante presentaba contradicciones significativas
  • Existían elementos contextuales que restaban credibilidad a la acusación
  • No se había desvirtuado la presunción de inocencia del acusado

La sentencia destacaba especialmente la importancia de la evidencia objetiva frente a testimonios contradictorios, estableciendo un precedente valioso para casos similares.

Lecciones aprendidas: claves para enfrentar acusaciones falsas de agresión sexual

Este caso nos dejó importantes enseñanzas que pueden ser útiles para quienes se enfrentan a situaciones similares:

  1. Actuar con rapidez para preservar evidencias que puedan desaparecer
  2. Reconstruir meticulosamente los hechos y circunstancias
  3. Buscar evidencias objetivas que puedan contradecir la versión acusatoria
  4. Analizar el contexto en que se produce la denuncia
  5. Preparar adecuadamente a los testigos para que aporten información relevante y veraz
  6. Mantener la serenidad durante todo el proceso, por angustioso que resulte

A mi juicio, y basándome en años de ejercicio profesional, la clave en estos casos está en la minuciosidad de la investigación defensiva. No basta con negar los hechos; es necesario construir una narrativa alternativa respaldada por evidencias sólidas que demuestren la imposibilidad de lo denunciado.

El impacto psicológico: cómo sobrevivir a una acusación falsa

Un aspecto que no podemos ignorar es el profundo impacto psicológico que una acusación de este tipo tiene sobre el acusado y su entorno. Carlos, como tantos otros clientes en situaciones similares, experimentó:

  • Ansiedad severa y episodios de pánico
  • Insomnio crónico durante todo el proceso
  • Deterioro de relaciones familiares y sociales
  • Estigmatización en su entorno laboral
  • Cuestionamiento de su propia identidad y valores

Por ello, parte de nuestra labor como abogados en estos casos incluye también recomendar apoyo psicológico especializado que ayude a gestionar el impacto emocional del proceso. La absolución judicial no siempre repara completamente el daño personal y social causado por una acusación falsa.

La recuperación posterior: reconstruyendo la vida tras la absolución

Tras la sentencia absolutoria, comenzó para Carlos un proceso igualmente complejo: reconstruir su vida y reputación. Esto implicó:

  • Gestionar su reincorporación al entorno laboral
  • Reparar relaciones personales dañadas durante el proceso
  • Afrontar secuelas psicológicas que persistían pese a la absolución
  • Considerar acciones legales por los daños sufridos

En estos casos, es fundamental un acompañamiento legal continuado que no termine con la sentencia absolutoria, sino que contemple también la reparación integral de los daños causados.

Preguntas frecuentes sobre acusaciones de agresión sexual sin contacto físico

¿Puede una persona ser condenada por agresión sexual basándose únicamente en el testimonio de la denunciante?

Sí, es jurídicamente posible. El Tribunal Supremo ha establecido que el testimonio de la víctima puede constituir prueba de cargo suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia, siempre que cumpla con tres requisitos: ausencia de incredibilidad subjetiva, verosimilitud del testimonio y persistencia en la incriminación. Sin embargo, cuando existen pruebas objetivas que contradicen frontalmente ese testimonio, como ocurrió en nuestro caso, la credibilidad del mismo queda severamente comprometida.

¿Qué debo hacer si soy falsamente acusado de un delito sexual?

Lo primero y más importante es buscar asesoramiento legal especializado inmediatamente. No intentes resolver la situación por tu cuenta contactando con la denunciante o testigos, pues esto podría interpretarse como un intento de obstrucción a la justicia. Recopila toda la información que pueda ayudar a demostrar tu inocencia: mensajes, correos, registros de ubicación, testigos, etc. Mantén la calma y colabora plenamente con tu abogado, proporcionándole información veraz y completa.

¿Puedo demandar a alguien que me ha acusado falsamente de agresión sexual?

Sí, existen varias vías legales para ello. La principal es la denuncia por un delito de acusación y denuncia falsas (artículo 456 del Código Penal) o por un delito de calumnias (artículo 205). Sin embargo, para que estas acciones prosperen, generalmente es necesario que haya recaído sentencia firme absolutoria en el procedimiento original, y que existan indicios claros de la falsedad consciente de la acusación. Estas acciones deben evaluarse cuidadosamente con un abogado especializado, pues no todos los casos de absolución implican necesariamente que la denuncia fuera deliberadamente falsa.

Conclusión: la importancia de una defensa técnica especializada

El caso de Carlos demuestra que, incluso ante acusaciones de la máxima gravedad como es una agresión sexual, la verdad puede prevalecer cuando se cuenta con una estrategia de defensa adecuada y se logra aportar evidencias objetivas que contradigan la versión acusatoria.

En AbogadoPenal.Madrid, bajo mi dirección como abogado especializado en delitos sexuales, ofrecemos una representación legal integral para quienes se enfrentan a acusaciones de este tipo. Nuestro enfoque combina la minuciosidad en la investigación defensiva, el conocimiento profundo de la jurisprudencia en materia de delitos sexuales y la sensibilidad necesaria para manejar casos de esta naturaleza.

Si te encuentras en una situación similar, recuerda que la presunción de inocencia es un derecho fundamental y que existen mecanismos legales para defender tu verdad. No enfrentes solo un proceso de esta magnitud; busca asesoramiento especializado que pueda guiarte en cada paso del camino hacia la justicia.

La experiencia nos ha demostrado que, con la estrategia adecuada y el compromiso inquebrantable con la verdad, es posible lograr que la justicia prevalezca incluso en los casos más complejos de acusaciones por delitos sexuales sin contacto físico real.